23/6/10

los días

    los días pasan cerrando filas, hacen un pelotón de fusilamiento alegre, lleno de adornos divertidos, una margarita en la punta del cañón
los días son de otro, sonríen como un tipo comprando provisiones de almacén mientras calcula el nivel de asexualidad de una empleada que manipula verduras, se mantienen a la distancia de un brazo, se los puede tocar y se mueven como el agua
estos días que se queman como yesca de fogata, entre los médanos oscuros con ruido de olas, dejando una ceniza negra de contornos vivos, en señal de extinción, por todo testimonio, disolviéndose contra las estrellas mientras los ves
no son días amargos, tienen una anestesia edulcorante de origen indeterminado, parece que todo se amortigua en algún lado y viene de rebote, un poco manoseado por los desconocidos, lleno de veredas desoladas minutos antes de que pase el camión recolector de residuos
los días del medio, cuando el medio parece que nunca se termina, se arman sobre la cabeza como el rompecabezas de un desinteresado ignorante, o de un maníaco resentido, alternando indiferentes
uno de estos días es baratísimo, los demás no
otro día parece que se abre paso, abandona el pelotón y camina un poco solo, con espíritu de aventuras, pero a los metros cae exánime porque su impulso inicial lo ha destrozado, o sus compañeros de marcha le tiran por la espalda, para que no se haga el loco ni les altere los nervios

unas mujeres caminan por la calle sin hablarse, los días se las tragan cuando doblan las esquinas; siempre es tranquilizador que usen anteojos porque las mujeres se revelan cuando te miran, y eso es tan incómodo y tan insinuante
las que te hacen el tiempo en palabras y después rompen los papelitos y te los tiran como una lluvia sobre el flequillo en los días del invierno, después de un verano lleno de salvas y bienvenidas
los días como el eco de una voz de una mujer, de una cosa que hacíamos con tanto placer pero ya nos olvidamos, como la renovada promesa de la vejez

una voz de mujer en las manos te manda un beso atrás de la oreja, y que descanses todos los días

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