25/6/10

caras

la experiencia indica que fuera del contexto del amor y de la guerra (excepciones) nadie entra en crisis, nadie tiembla, nadie pierde el pulso ni se desmorona

hay una anestesia circulatoria, indefinida, como un engrudo espeso hirviente, sobre la superficie, donde explotan de vez en  cuando unas burbujas pesadas de furia, con la piel grasa y gruesa, quemándo un poco las manos cuando salpica, una marea plácida y acunadora en la que se intercalan pataleos y rencores turbios 

la más significativa de las manifestaciones: broncas ajenas que se descargan sobre los particulares, que no entienden de dónde llega esa artillería del resentimiento

y las caras (¡todas las caras!) hace falta un corazón blindado para mirarlas a los ojos, caras predestinadas a reflejar el orden del universo, supone Ovidio, que se van transformando en testimonio de la mierda que empuja para salir a flote desde el alma, comprueba Céline

¿quién encuentra coraje para defender los principios de un utópico socialismo entre todas esas caras hechas de aguantar, de adaptarse, de resignar, de someterse, a cambio de perseguir un sueño hecho de publicidad y hebillas para el pelo?

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