24/1/10

Blitz


Blitz como una verdadera cloaca de corriente de pensamiento. Puedo reírme y aplaudir dando vueltas por la cocina, seriamente emocionado, drogado, hambriento, y sin sentido, con miedo del sinsentido, pero no hay interrupciones para este bombardeo de la inminencia fecal, boca llena de miel, de los dedos de los pies. Levantar la cabeza y mirar buscando errores, la pantalla, luces azulblancas de pantalla sobre la cara. Persistir con la amnesia voluntaria, con la anestesia auto aplicada, procrastinar, fomentarnos nuestra propia representación teatral de nuestros dramas chiquitos y ordinarios. Justificarnos.

Lavé la boca con un beso cada mañana de tus manos, una idea, un brillo de genialidad aunque fuera prestado, no hay caminos para la resignación. Soy un pesimista hereje, que llegó a Dios por la ruta de Colón. No podría aceptar un final que no fuera feliz, y mi agonía me llena de miedo, saber que una flaqueza al final puede delatarme.

Una lengua suave al oído, llena de esa dulzura del decir que ablanda la panza que la escucha, y llenar de asombro, llenar de asombro. En todo lo que cabe de un cuerpo.
Sentiría los golpes que sacuden el pecho. Sabría encontrarte por los rincones vacíos. ¿Cuánto podrá faltarme para ser uno de esos tontos frágiles y delicados que aparecen en los cuentos de Bukowski?, malos escritores mantenidos por sus tías, fracasados, alcohólicos y endeudados, tontos descerebrados sin carácter incapaces de reconocer su falta absoluta de talento.

Y del sur de las américas, de la américa nuestra. Subdesarrollado. Objeto de estadísticas dentro del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En mis condiciones de precariedad habitacional, educativa y sanitaria.

Amén.

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