15/10/09

Notas al margen




"So Tom Buchanan and his girl and I went up together to New York—or not quite together, for Mrs. Wilson sat discreetly in another car. Tom deferred that much to the sensibilities of those East Eggers who might be on the train."

The great Gatsby, F. Scott Fitzgerald
(Al margen, manuscrito en lápiz: “párrafo perfecto”)


Era un tremendo lector, devoraba libros enteros en horas, a lo Oscar Wilde. Y en muchos destacaba fragmentos y hacía notas al margen. Algunas marcas pretendían funcionar como hitos que señalaban lugares a los cuales volver, momentos literarios memorables; estas marcas también permitían hacer navegaciones determinadas a través de los libros, recorridos puntuales. Pero este tipo de marcas lo utilizaba poco, y cada vez menos. Determinadas marcas de otro tipo las hacía pensando en un interlocutor imaginario, ideal, un potencial lector de esas anotaciones que las visitara con puntualidad, en conjunto, apreciándolas globalmente, y evaluándolas con total justicia. Un lector goloso de esa lectura multiplicada en el desorden de su biblioteca, motivado por un interés obsesivo pero comprensible, encomiable: conocer al notable autor de esa escritura, y así estar en mejores condiciones de darlo a conocer a otros. Un lector basto como la historia.

Murió. Su biblioteca fue parcialmente donada a un sobrino, estudiante de humanidades, que perdió una buena parte en préstamos y exacciones. cierta cantidad de libros se extravió debido al choque de un flete, durante una mudanza. Hubo algunos libros que sucumbieron a una inundación, mientras secciones completas eran arrasadas por la humedad. Finalmente, el núcleo de la biblioteca fue tasado por un librero de viejo, y la oferta fue aceptada.

3 comentarios:

Pablo Seguí dijo...

Me parece que a la historia le falta algo. Algo así como un toque de ironía, por parte del narrador, al final. Porque participa mucho en el primer párrafo, y en el segundo sólo enuncia hechos.

Saludos.

gabriela dijo...

me gustó... qué poco importan las cosas y los actos, las pasiones de una vida, cuando la vida ya no está.
saludos

Gonzalo Viñao dijo...

Tamarit: la excusa para un segundo párrafo más seco, y por supuesto más impersonal con respecto al primero (en el que el narrador "participa" mucho) es la siguiente: a partir del segundo párrafo la historia ya no importa, es irrevocablemente intrascendente, como la muerte misma del personaje.