23/10/09

Freak show


La marihuana que le consiguió Lucio estaba seca, vieja, incapaz de producir ningún tipo de efecto en su organismo. Fumaba sin parar desde hacía varias horas y apenas estaba un poco aturdido, como si le hubiera bajado la presión, disperso. Prendió la televisión.

t.v.: Trixie sacude sus tetas de cinco mil dólares al sol de una mañana en Los Ángeles (o algún lugar por el estilo, muy norteamericano, estupidez multiprocesada), va dando saltitos cortos alrededor de una terraza luminosa, la mansión tiene un parque con palmeras y al fondo se ve el mar, llegan dos amigos de Trixie, tatuados, cargados con gruesos collares, ropa holgada, elegante y poco espontánea, toman cerveza y hablan conspirativamente, una ventana deja ver sobre el piso, en el interior, las piernas de Tam, amiga de Trixie, inconsciente por el alcohol ingerido la noche anterior.

Escena bucólica: bikini open escatológico, sin perder el protocolo impuesto a los machos quienes, a pesar de disponerse a perder el alma en el vicio, lo acatan. Al rayo del más crudo sol, con ruido de olas y fondo de surf, sobre la arena caliente, detrás de una soga se agita una compacta masa de muchachos que beben alcohol como si fueran a morir por deshidratación, trepándose unos sobre otros, gritan cosas incomprensibles, saltan y se les ponen las caras rojas, la soga que los contiene establece el límite determinado para el público por las cámaras de televisión, sobre la pasarela de goma blanca se ven las sombras de un inquieto camarógrafo y un conductor que se asoma a un ángulo de la pantalla, en el centro Trixie agita sus tetas de cinco mil dólares y preciosos pezones tostados, sonríe con naturalidad paseando de la mano de un ser anónimo, detrás llega Tam hipnotizada, viene en tetas, preciosas tetas, y lleva la tanga por las rodillas, prodigando generosamente el culo y la concha afeitada diseñada por un cirujano con alma de pornógrafo, sonríe, nadie le sostiene la mano, la cámara se detiene en ella muchas veces.

Se produce la noche y una manada de adultos recientes, borrachos y con los genitales excitados, baila y se frota sobre una superficie irregular que los exhibe a todos fantásticamente superpuestos, están muy borrachos y beben alcohol sin conmiseración, transpiran y una cantidad están desnudos, se besan y se manosean, los hombres muchas veces aparecen en grupos apartados, destacan las chicas, Trixie ocupa un rincón luminoso, siempre compartiendo con el público esas lindas tetas, Tam lleva un buen rato fuera de cámara comiéndole la pija al productor del reality show, éxtasis y marihuana.

Apagó la televisión, escuchó el silencio algunos momentos, fumó la marihuana vieja que le vendió Lucio (ahora le parecía excesivamente sobrevaluada) y al rato se durmió.

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